domingo, 21 de diciembre de 2008

Cada día me engaño a mi mismo
y cada día
me doy cuenta de que mi éxito
en esta tarea es menor,
son tantas las desesperaciones que uno comparte consigo
que ya no es fácil convencerse
de que éstas no existen,
me digo:

estás bien…

…seguro de no estarlo.

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