martes, 28 de octubre de 2008

Me llevó un tiempo y me costó mucho,
tuve que arrancarme los ojos y la lengua,
coquetear con el escepticismo de los derrotados,
aprender otra vez a andar,
comenzar de nuevo a andar,
arrojar contra el piso los relojes
y quemar mis naves.

Vivir sin miedo,
tener valor para morir cada día,
aprender a llorar en los rincones,
escupir la rabia y el dolor
como una enfermedad sin cura,
vomitar la frustración y la ira
como un perro rabioso,
pero sin desprenderse de todo,
pero sin desprenderse de todos.

Vivir sin miedo,
habitar sin ira cada suceso,
despreciar el futuro,
entender el dolor como un maestro,
construir la más hermosa victoria
de la derrota más amarga
o fabricar el todo
del vacío más imperceptible,
vivir sin miedo,
entender la existencia como una lección incompleta,
el sufrimiento como una herramienta
y la vida como la temeridad de volver a intentarlo.

domingo, 26 de octubre de 2008

No te hundas,
no abandones,
no claudiques,
no te rindas ni te detengas,
no capitules,
no te sometas,
no te pares,
no despiertes,
sobretodo,
no despiertes,
no te escondas,
no te apartes,
tampoco te apartes,
no te niegues ni te rebajes,
no te mueras,
no calles,
no te resignes,
no abandones,
no claudiques,
no te rindas ni despiertes,
sobretodo,
no despiertes.

sábado, 25 de octubre de 2008

He pasado, seguro, de príncipe azul a madrastra del cuento,
de icono a truhan o de ángel a diablo,
y lo cierto es que de tanto examinarme,
estoy convencido de que ya no soy el mismo,
ni siquiera soy el que fui ayer, hoy tengo resaca
pero no importa, nada importa, el mundo es una mierda,
es a lo que opositamos todos, a ser unos mierdas,
y yo no voy a ser distinto, para que quiero ser distinto,
al final siempre te mueres,
quieres saber el final de todo? Ya lo tienes,
y al que no se resigna, ellos van y lo terminan antes,
así que no te des demasiado mal con nada,
pero no abandones, el mundo ha terminado siendo de los que no abandonan
y así nos va, las fábricas y las oficinas siguen siendo de ellos,
están en los parlamentos y en los no parlamentos,
y así nos va, mendigando por un trabajo,
nos han convertido a todos en payasos,
la palabra esclavo no define esta forma de peregrinar
de un lugar a otro del mismo vertedero,
ya me comienzo a caminar
todas las ramas
de todos los árboles
de todos los bosques
que ellos también talaron,
así que voy a evitar esta dispersión insana,
me compraste todos y cada uno de los libros que amo
y que extravié en los préstamos,
ahora los miro y nos recuerdo,
me gustaría asegurar que no cometí errores,
que lo hice todo bien, que no tuve otra elección,
me equivocaría, sigo siendo un campesino,
a menudo creo que nunca salí del instituto,
pero mentiría si no escribiera
que en su momento actué como creí que era mejor para ambos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Si yo, sobre tu cuerpo,
deposito un grano de cereal
de aquella cosecha
que construí con mis manos desnudas
y tú lo alojas en tu vientre,
y le procuras crecimiento,
su contorno se expande con peligro,
alcanza las escuelas, las fábricas o los dormitorios,
y compite con la Luna por un espacio
en la atmósfera de la que respiras
y obtienes la luz que te invade.

Sí la tierra que en mi permanece,
la que me suministra abrigo y reconforta,
recibe tus pies descalzos como lluvia,
entonces tu cuerpo se transforma en una reja
y tu cintura abre surcos en los que alojar
el producto de mis manos y mi sombra,
así se hacen nuestros el pan y la vendimia,
las sonrisas, los quehaceres, las alcobas
y se comienza a desperezar la madrugada.

sábado, 11 de octubre de 2008

No digo que te quiera,
no es que te quiera, de hecho,
de tanto endurecerme ya ni sé querer
y eso me duele hasta no sé cuánto.

viernes, 10 de octubre de 2008

PROPOSICIÓN

Te cambio mi bicicleta nueva
por tu silbato de jefe de estación:
es una magnífica acompañante
y su mecanismo es preciso,
tú mismo puedes comprobarlo,
no hay trucos ni artimañas,
he visto la vieja locomotora
junto a los edificios desvencijados,
detrás de los andenes,
vistiendo todavía su disfraz de trasto viejo y decrépito,
por eso necesito tu silbato,
quizás también el banderín y esa divertida gorra,
te doy a cambio mi fugaz velocípedo,
no ha recorrido ni diez kilómetros,
quizás no lo entiendas
pero tengo que devolver esa locomotora a sus raíles,
quieta en el asfalto es como un mendigo sin perro,
como una playa sin gaviotas,
como una ciudad sin bicicletas,
así, de un silbido,
haciendo girar mis labios en el aire,
con la mirada inquieta,
el corazón sometido
y este pálpito irreverente
carcomiéndome las entrañas,
regresaré la locomotora a su espacio,
descargaré sobre ella mil brochazos de pintura
y le quitaré ese disfraz raído y polvoriento,
antes de que puedan percatarse las traviesas
o tomen los guardagujas severas precauciones,
no sé la razón,
qué me mueve a actuar de este modo
o en qué lugar encontré la motivación precisa,
quizás sean las antiguas fotografías quiénes me provocan,
en ellas su perfil trasciende la comprensión de los intelectuales
y cuesta entender su arquitectura quieta sobre el asfalto:
merece una eternidad hecha a medida,
una suite en el Parnaso,
transitar sin límites este planeta roto;
por eso, sin engaños ni artificios,
te cambio mi bicicleta por tu silbato,
mi vehículo por tu vehículo,
la esperanza por la esperanza...
...la libertad por la libertad.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Palabras para una compañera futura

Estaré aquí también mañana,
esperándote como en mí es habitual,
con esa tristeza propia de los hombres que aman
y ese tono pálido en las pupilas
propio de los locos que aguardan y desesperan.

Llevo demasiados días en esta orilla,
la inquietud no me permite respirar
y me comienza a hacer aguas la esperanza tanto
que empiezo a considerar la posibilidad de que no vengas
nunca.

He visto aproximarse los barcos,
apearse a otras mujeres que tampoco eran tú,
que se quedaron por un tiempo,
que me quisieron mucho y a las que yo también quise,
al menos,
también por un tiempo,
y apearse a las demás, a las que también quise mucho,
o al menos,
desee con lascivia,
pero no quisieron quedarse,
ni siquiera unos minutos,
puede que fuera la caricatura de caballero andante que represento
o esa insoportable ansiedad producto de no sentirse nunca de ninguna parte,
la cuestión es que todas se fueron,
o las hice marchar yo,
que es una manera bastante más digna de cerrar esta puerta,
me quedé otra vez esperándote como en mí es habitual,
con estas palpitaciones de tarado
y esta nostalgia propia de los que se lo jugaron todo
y lo perdieron.