martes, 28 de octubre de 2008

Me llevó un tiempo y me costó mucho,
tuve que arrancarme los ojos y la lengua,
coquetear con el escepticismo de los derrotados,
aprender otra vez a andar,
comenzar de nuevo a andar,
arrojar contra el piso los relojes
y quemar mis naves.

Vivir sin miedo,
tener valor para morir cada día,
aprender a llorar en los rincones,
escupir la rabia y el dolor
como una enfermedad sin cura,
vomitar la frustración y la ira
como un perro rabioso,
pero sin desprenderse de todo,
pero sin desprenderse de todos.

Vivir sin miedo,
habitar sin ira cada suceso,
despreciar el futuro,
entender el dolor como un maestro,
construir la más hermosa victoria
de la derrota más amarga
o fabricar el todo
del vacío más imperceptible,
vivir sin miedo,
entender la existencia como una lección incompleta,
el sufrimiento como una herramienta
y la vida como la temeridad de volver a intentarlo.

1 comentario:

escaramujo dijo...

Hola piel roja,
me he emocionado al leer este. Esta semana he lanzado a la revista un nuevo comentario de una peli que trata precisamente sobre el miedo. Cuidate.
Bss